El principio de la felicidad, basado en la toma de acciones justas, para alcanzar un clima laboral óptimo.
El principio de
la felicidad, basado en la toma de acciones justas, para alcanzar un clima
laboral óptimo.
A menudo escuchamos hablar
sobre la felicidad, también que todo ser humano siempre anda en busca de la
felicidad y a veces creemos encontrarla en personas que nos rodean o en objetos
materiales adquiridos. Pero realmente, ¿serán estas cosas la verdadera
felicidad? Según la Real Academia Española de la lengua la felicidad es
un “estado de grata satisfacción espiritual y física”
Existen otras definiciones
que afirman que la felicidad es un Estado de ánimo de la
persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por
disfrutar de algo bueno. Entonces, podría decirse que hacer o recibir algo
bueno produce felicidad, la felicidad podría ser el resultado de haber tomado
acciones buenas o justas, que conlleva a
una satisfacción espiritual y física.
Según Venegas Jiménez (2015) “La
conciencia nos dicta, que el ser justo, es lo correcto: frente a una injusticia
nos sentimos mal. Pero un solo actuar, como justo, no cambia nada. En cambio,
si ese acto, lo repetimos varias veces, se nos convertirá en un hábito. Esto
nos perfeccionará y nos hará felices”.
Estas son algunas
definiciones según la Real Academia Española.
Del lat. iustitia.
1. Principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.
2. Derecho, razón, equidad.
3. Conjunto de todas las virtudes, por el que es bueno quien las tiene.
4. Aquello que debe hacerse según derecho o razón. Pido justicia.
5. En el cristianismo, una de
las cuatro virtudes cardinales que consiste en la constante y firme voluntad de
dar a Dios y al prójimo lo que les es debido.
“Dar a cada uno lo que le corresponde”, es
una frase que llama a la reflexión a cada uno de los futuros profesionales de
la administración educativa, muchas
veces sucede que los administradores de la educación o llamados “jefes” les
falta ese equilibrio para dar lo que realmente corresponde a cada funcionario, porque
se centran más en las acciones incorrectas de los subalternos y proceden con
amonestaciones, llamadas de atención y tal vez de una forma inadecuada, pero
cuando el funcionario se merece un reconocimiento por un buen trabajo, no se le
da el reconocimiento, “dar a Dios y al prójimo lo que les es debido”, y es ahí
donde falla la justicia, y si hay ausencia de justicia, se va creando un
ambiente desagradable, de inconformidad y hasta
hostil, que podría traer como consecuencia la realización de un trabajo
deficiente en la Institución. El detalle
es mantener un equilibrio y actuar acorde a la situación presentada.
En medio de las carencias,
dificultades y necesidades se puede lograr un clima óptimo, centrándose más en
ver lo positivo que lo negativo que ocurre. “No hay un camino a la felicidad: la felicidad es
el camino.” Afirma Buda Gautama. De los errores, también se puede aprender a
mejorar. Las no tan buenas experiencias pueden llegar
a ser enriquecedoras para mejorar y lograr un objetivo. Podría decirse que
poner en práctica la justicia como un principio moral es beneficioso.
Capella Riera (2011),
afirma: “A nivel más cercano a nosotros, tenemos que recordar que para mantener
la influencia moral, debemos sostener nuestro código de ética, mismo que se
basa en nuestra propia escala de valores.”
Si la justicia es un
principio moral y la ética influye en la moral, entonces se puede decir que un
profesional es ético cuando actúa con justicia. Según Venegas Jiménez, “La
ética se encarga de discutir y fundamentar reflexivamente ese conjunto de
principios o normas que constituyen nuestra moral.”
Por otra parte, Cortina (2000),
expresa que, “más vale generar aliados que generar adversarios, la ética es
rentable porque genera cooperación y ayuda mutua.” Con la toma de buenas
acciones basado en la justicia, habrá satisfacción en ambas partes, tanto del
que emite justicia como del que la recibe, esta satisfacción va a generar
felicidad y la felicidad va crear un ambiente laboral beneficioso. También la
frase de Stephen Covey dice: “El éxito
no es la base de la felicidad, la felicidad es la base del éxito”. La felicidad
podría crear éxito y un clima laboral
óptimo, en el desarrollo de las funciones de un administrador, si actúa con
justicia.
BIBLIOGRAFIA
Capella, J. (2011). Ética y Liderazgo en las Instituciones
Educativas”. Publicado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Tomado
de:
Cortina, A. (2000). Ética
Mínima. (6 ed.) Madrid, España: Editorial TECNOS. Recuperado de:www.if.edu.mx/avisos/4DA5DC1F Documento
suministrado en PDF.
Venegas Jiménez (2015) Ética en la administración de
organizaciones Educativas, segunda version preliminar.
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